Este hermoso pájaro es uno de los que me han dejado mejor sabor de boca de los que he podido fotografiar en este viaje.
Quiso la fortuna que se viniera a posara en un pino muy cerca de las mesas donde estábamos comiendo unos frutos secos. Me subí al banco de la mesa y me dejó tomarle unas cuantas fotos sin asustarse ni salir huyendo.
Me encantan en general los pájaros que lucen crestas en la cabeza y este tiene un aspecto superexpresivo y que decir del tono azul que predomina en su plumaje, lo dicho que me quedé enamorado del pajarito...